jueves, 12 de junio de 2008

La televisión de este país ha tocado fondo

Cuando parecía que la televisión había llegado a sus límites más zafios, vergonzosos y analfabetos, Telecinco se saca de la manga el programa más repugnante, alienante y bochornoso de la historía de la televisión...."El juego de tu vida" , que bien podría llamarse "Venda su dignidad a precio de saldo".
El funcionamiento de dicho programa es muy sencillo, un concursante se sienta en una silla, supuestamente enganchado a un detector de mentiras, que debe de estar escondido en su recto, porque de otra manera no se explica y se dedica a contestar a todo tipo de preguntas comprometidas sobre su vida del calibre de:
- ¿Te parece desagradable el físico de tu suegra?
- ¿Te avergüenzas de tu mujer cuando sales con amigos?
- ¿Quieres más a un hijo que a otro?
- ¿Crees que la homosexualidad es un defecto?
A la respuesta de los concursantes le sigue una voz de androide retrasado que contesta:
- Eso es.... verdad o mentira,según la supuesta sinceridad del paleto en cuestión, en el caso de la segunda opción el concursante pierde y se va para su casa con una mano delante y otra detrás, sin dignidad, sin familia y sin amigos...
Pero lo peor de todo son las frases de la presentadora de turno, que se está cubriendo de gloria:
- Si, se pasa mal, pero si se gana dinero merece la pena.
- Bueno ha sido una respuesta dificil, pero lo importante es que ya tienes 1.000 euros.
Y es que amigos, en esta sociedad enferma que hemos creado entre todos poquito a poco, el dinero es sustituto de la dignidad y el orgullo.
No importa que estes haciendo el ridículo más espantoso de tu vida, no importa que toda España conozca tus miserias y de paso descubra que eres una mala persona, lo único que importa es llenarse los bolsillos.
Dicen que tenemos la televisión que merecemos, algo con lo que no estoy de acuerdo, bien pues si es así, hemos debido de cometer los crímenes más horrendos y atroces que se puedan concebir, porque de otra manera no comprendo semejante castigo.
El único consuelo que me queda es pensar que los supuestos concursantes sólo son actores que están representando un papel y como tales reciben un sueldo, aunque mucho me temo que no es así.
Esta muy bien sentarte delante del televisor de vez en cuando sin tener que pensar, para relajarte y esas cosas, pero es que este tipo de programas no solo no culturizan sino que van más allá, desculturizan, aletargan el intelecto y empantanan el cerebro de una sustancia pegajosa y espesa, la vulgaridad más profunda y vergonzosa.
Verdaderamente la sociedad esta enferma.

1 comentario:

Alberto Vilches dijo...

Es la ley de la oferta y la demanda: el espectador quiere ver las miserias de los demás porque así se siente mejor persona. Es una manera ruín de autoexculparse por como eres. O quizá, quien sabe, todo lo contrario, de intentar verse reflejado en esa persona que nada le importa y lo vende todo por solo unos segundos de fama y, quizá, algún pellizco para tapar agujeros.
Ls miserias, las humillaciones, la intimidad venden, pero solo porque hay gente que esta dispuesto a comprarlas y otros a venderlas las suyas.